He recorrido todo el universo para encontrarte...He buscado desde el fondo de mi corazón hasta las profundidades del mar una razón certera que me devuelva la esperanza, que me ayude a creer. Más no es fácil encontrar tu mirada, y es más difícil aun si caminas con los ojos cerrados y no escuchas mis latidos...
Quisiera que en algún momento sintieras estos colores que quiere entregarte mi alma, que sonrieras un instante y me devolvieras la convicción, pero avanzas sin rumbo, en un laberinto de palabras que ya no tienen espesor. He tratado de recoger las letras, de guardarlas como pequeños cristales que me recuerden tu alma. He navegado entre las nubes de tu voz, flotando en el aire como un suspiro al viento, como una hoja que con el otoño se desprendió...
Han pasado distancias infinitas, noches de luna, noches de mar y ensueño. He perdido el tiempo entre tus dedos y he dejado ir mi conciencia para no sentir la gravedad de mi mente. Creí que me esperabas, creí en algún segundo que tu piel sentía estas vibraciones que me hacen estremecer, pero las noches se han hecho demasiado largas, demasiado oscuras para tantos suspiros y para tanta sed... quizás sea que de a poco he perdido las ganas, que empiezo a caer entre la distancia de un talvez...
Los vidrios comienzan a empañarse, y mis ojos a guardar lejanía. Esta habitación está llena de aire, de burbujas dibujadas con los hilos de la soledad... No quiero extrañarte, no quiero guardar más palabras, quiero que se seque la tinta, que se acabe el papel y que dibujes en mis labios una razón certera para desvanecer.
Espero que los pétalos del tiempo nos deshojen despacio, que en algún momento de la vida nuestros silencios se desprendan del cuerpo y que nuestras galaxias se estrellen lejos de la razón. Sólo me queda estar a merced del destino, y esperar que llegue el día en que te encuentres al fin en mis ojos, y veas en ellos lo que mi boca calló.
Quisiera que en algún momento sintieras estos colores que quiere entregarte mi alma, que sonrieras un instante y me devolvieras la convicción, pero avanzas sin rumbo, en un laberinto de palabras que ya no tienen espesor. He tratado de recoger las letras, de guardarlas como pequeños cristales que me recuerden tu alma. He navegado entre las nubes de tu voz, flotando en el aire como un suspiro al viento, como una hoja que con el otoño se desprendió...
Han pasado distancias infinitas, noches de luna, noches de mar y ensueño. He perdido el tiempo entre tus dedos y he dejado ir mi conciencia para no sentir la gravedad de mi mente. Creí que me esperabas, creí en algún segundo que tu piel sentía estas vibraciones que me hacen estremecer, pero las noches se han hecho demasiado largas, demasiado oscuras para tantos suspiros y para tanta sed... quizás sea que de a poco he perdido las ganas, que empiezo a caer entre la distancia de un talvez...
Los vidrios comienzan a empañarse, y mis ojos a guardar lejanía. Esta habitación está llena de aire, de burbujas dibujadas con los hilos de la soledad... No quiero extrañarte, no quiero guardar más palabras, quiero que se seque la tinta, que se acabe el papel y que dibujes en mis labios una razón certera para desvanecer.
Espero que los pétalos del tiempo nos deshojen despacio, que en algún momento de la vida nuestros silencios se desprendan del cuerpo y que nuestras galaxias se estrellen lejos de la razón. Sólo me queda estar a merced del destino, y esperar que llegue el día en que te encuentres al fin en mis ojos, y veas en ellos lo que mi boca calló.
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